Entrevista a Michele Capasso, Co-coordinador de la Red Italiana de la FAL

13/11/2014
Entrevista a Michele Capasso, Co-coordinador de la Red Italiana de la FAL

Hemos tenido el placer de entrevistar al Co-coordinador de la FAL en Italia, Michele Capasso. En esta entrevista nos cuenta los principales desafíos de la Fundación y algunas propuestas de cómo hacer frente a la situación actual de crisis - sobretodo social y de valores – reforzando el tejido asociativo y la confianza entre las personas. Es Presidente de la Fondazione Mediterraneo en Nápoles y coordina la red italiana de la FAL junto a Elisa Adorno, del Instituto Euromediterráneo del Norte. Ha trabajado como fotógrafo, pintor, arquitecto e ingeniero; desarrollando más de 500 proyectos en varios países del mundo antes de tomar la decisión de dedicar su vida a la promoción del diálogo intercultural y la paz en 1994. Desde entonces, Capasso ha organizado varios programas y proyectos sociales, y ha publicado varios artículos y libros sobre la Cooperación Euro-Mediterránea.

IEMed: Como co-coordinador de la red italiana, una de las más numerosas de la FAL, ¿cuál es su opinión con respecto al nivel de cooperación cultural entre su país y el Mediterráneo?

M.C: Italia es uno de los puentes naturales entre Europa y el mediterráneo, y siempre existen problemas tales como la inmigración, el medio ambiente etc. Temáticas que han impuesto una cooperación social y cultural que, en los últimos años, se ha visto afectada por la crisis y se ha confiado, en buena parte, al voluntariado y a la buena voluntad de las partes dada la falta crónica de recursos.

IEMed: Las redes de la FAL se componen de asociaciones que forman parte, a nivel nacional, de actividades organizadas por la coordinación de los miembros. Como parte esencial, a su parecer, ¿cuál es el nivel de actividad de las asociaciones miembro de la red italiana? ¿En qué campos se muestran más activas?

M.C: Me gustaría tratar en un primer momento un problema sustancial de la FAL: el número real de miembros activos. Es un esfuerzo en el que debemos trabajar todos. En Italia, por ejemplo, se ha pasado de una red compuesta por 500 miembros a una compuesta por poco más de 100. Para nosotros es mejor trabajar con 100 miembros interesados e implicados, que con 400 que se unen solo para poder acceder a financiación y subvenciones.
Actualmente la calidad de los miembros de la red italiana es elevada: universidades, centros de investigación, asociaciones de voluntariado, fundaciones y colectividades locales que trabajan concretamente a varios niveles por un diálogo estructurado entre la sociedad civil y las instituciones.


IEMed: La red italiana, y más concretamente usted mismo, ha trabajado en muchas ocasiones con inmigrantes procedentes especialmente del este, así como otros venidos de otras partes del mundo… ¿Cómo se produce esta integración cultural en Italia y cuáles son los desafíos para el diálogo intercultural?

M.C: Las acciones que promueve Italia en materia de legislación y apoyo europeo en inmigración, protección nacional y diálogo cultural resultan más creíbles que en un pasado. ¿Con quién se puede comenzar? Claramente con Turquía y Marruecos. ¿Cómo se puede resolver la asimetría entre los países de la orilla norte y los de la orilla sur? ¿Cómo vencer la resistencia y los vetos que se pueden encontrar con el fin de fortalecer el camino - la única vía posible – de los acuerdos y relaciones bilaterales?
Estos son los principales retos y no se puede permitir por más tiempo que los miles de inmigrantes y refugiados que llegan a nuestras costas casi todos los días puedan convertirse en cabeza de turco en el contexto de emergencia de la búsqueda de soluciones para este tipo de problemas estructurales.


IEMed: La crisis económica ha tocado el conjunto de la población en Europa, así como a otros países del norte de África. Los fondos públicos se han reducido y la crisis ha obligado a varias asociaciones a poner fin a sus actividades. ¿Cuáles son las consecuencias de la crisis económica para las asociaciones que forman parte de la red FAL Italia?

M.C: Asistimos a la desaparición del 50% de las asociaciones que operan en el ámbito euro mediterráneo por la ausencia de fondos públicos: esta situación provoca frustración y desilusión, en el sentido de que de esta manera se mata la cultura, la cual al fin y al cabo, en un momento difícil como este debería ser un espacio de resistencia de la crisis que, recuerdo, no es solo económica sino sobre todo “una crisis de valores”.


IEMed: En el marco del décimo aniversario de la fundación Anna Lindh se han celebrado tres reuniones en Nápoles: la reunión de coordinadores de redes nacionales, la reunión bimensual intergubernamental y la reunión del Comité de Sabios de la Fundación. La Fondazione Mediterraneo ha tenido un papel muy importante en la organización de este evento. ¿Cuáles han sido los preparativos más importantes? ¿Cuáles son los aspectos a remarcar en la organización y los resultados de la nueva fase IV?

M.C: Ha sido un honor organizar y acoger los eventos del décimo aniversario de la FAL y más aun en nuestra sede de Nápoles, lugar en el que se han escrito tantas páginas de la historia de la sociedad civil como protagonista y también donde la misma FAL ha visto nacer su proyecto. El director Andreu Claret dijo: “Todo se inició y todo se reinicia en Nápoles”.

En realidad comenzó en Barcelona, con el Fórum Civil Euromed de 1995 y la creación de lo que sería la Fundación Anna Lindh fue aprobada en la Conferencia Euromed de Valencia 2002.
- Nota de los editores -


Hoy vivimos uno de los momentos más difíciles de la Historia. La tragedia llama cada día a las puertas de la Humanidad, de nuestro corazón, de nuestra inteligencia. Alrededor nuestro habita un odio más fuerte que mil bombas atómicas. Somos capaces de caminar sobre la luna, de fabricar misiles inteligentes y de curar enfermedades hasta ayer incurables. Sin embargo, no somos capaces de reconocer en el otro nuestra propia imagen.

No sabemos responder a aquellos que mueren de hambre, de los excluidos del mundo del trabajo, y de tantos jóvenes que continúan apartándose por culpa de las drogas y otras dependencias. No sabemos ya conmovernos ante millones de niños que mueren de hambre, los que son hechos niños-soldado o aquellos esclavizados sexualmente. Nos quedamos indiferentes ante aquellos que son marginados a causa de su fe o ideales, no somos capaces de frenar a aquellos que alimentan sin escrúpulos el mercado de las armas y el terrorismo. En un mundo así es difícil esperar.

La “medida” se ha escapado de ella misma, pero hoy aún está en nuestras manos, y aquello que no fue, puede aún serlo. ¿Existe la medida del amor, de la justicia? Tras diez años de vida de la FAL –y este es el resultado principal de estos eventos- es nuestro deber hacer un esfuerzo en la dirección de la verdad para una crítica de nuestra acción común con el fin de dar ejemplo de ese programa nuevo, que se ajusta a los tiempos y a las necesidades reales. Debemos salir de los burocratismos estériles que producen esa lentitud en las acciones concretas sobre el terreno.


IEMed: ¿Cómo se puede adaptar la Fundación Anna Lindh a los cambios históricos, sociales, culturales y políticos de la zona euromediterránea? ¿Podría usted explicarnos un caso práctico presentado en los grupos de trabajo de Nápoles que pudiera ser interesante para el resto de asociaciones de la red?

M.C: Es indispensable aumentar la credibilidad de la FAL. Aun hoy es poco conocida y no tiene ningún impacto sobre los medios y las políticas culturales del área. Me gustaría subrallar la importancia, por ejemplo, del encuentro mundial de Jóvenes, que hemos acogido en Nápoles este 4 de octubre: más de 20.000 jóvenes de todo el mundo han lanzado una llamada a la conciencia para resolver las emergencias más graves de hoy en día: la pérdida de confianza en el futuro y la ausencia de perspectivas. En esta pobreza de valores, a la que se necesita dar una respuesta concreta, los jóvenes son los productores de nuestro futruro, sin ellos no existe esperanza para el futuro de todos.


IEMed: Las redes nacionales deben considerarse como espacios de acción para el diálogo cultural. Por ello, es absolutamente necesario trabajar coordinadamente y mobilizarse por el desarrollo de las redes. ¿Cuáles son los principales objetivos y actividades de este nuevo período?

M.C: Personalmente creo que es esencial fortalecer el papel de las redes nacionales. Dándoles más recursos y una menor complejidad. Este es el desafío al que se enfrenta el nuevo Director Ejecutivo y el nuevo Presidente de la FAL: sin una parte vital y esencial de las redes nacionales facilitando los procesos, no tiene sentido el trabajo y se limita sólo a ser otro ejemplo burocrático de la Unión Europea.


IEMed: La fundación Anna Lindh y la Fondazione Mediterraneo, han presentado la novena edición de los premios Diálogo Euromed. El objetivo de este premio era el de reconocer el trabajo de las instituciones y organizaciones que promueven el diálogo intercultural en la región euro-mediterránea. El slogan de este año es el siguiente: resistencia social y creatividad.¿Qué podría explicarnos del ganador de este año? ¿Cómo han hecho la selección?

M.C: La selección se ha hecho a través de un proceso participativo de los miembros de las redes nacionales que han propuesto una serie de candidatos. Al acabar se ha hecho una selección de 5, de los cuales el que obtuvo más miembros ha sido el escogido.


IEMed: Podría dar un consejo a los miembros de la red española?

M.C: En un momento diíficl para todos se necesita pasar del grado de “poder” al del “amor”: por ello si –todos juntos- somos capaces de transformar el amor por el poder (que se palpa actualmente en el ámbito político, religioso, civil y social) en el poder del amar (que significa responder con pasión y capacidad por el bien común) podremos soñar con un mundo mejor. A partir del Nostro Mare Nostro, el Mediterráneo.

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