La FACM y el CERAI de Valencia emprenden el primer mapeo estatal de las mejores iniciativas agroalimentarias sostenibles.

12/02/2018
La FACM y el CERAI  de Valencia emprenden el primer mapeo estatal de las mejores iniciativas agroalimentarias sostenibles.

La Fundación Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas del Mediterráneo (FACM) y el Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (CERAI), junto con las organizaciones RESOLIS (Francia) y Mensa Cívica (España), lanzan un proyecto de mapeo de las mejores iniciativas estatales de Sistemas Alimentarios Territorializados (SAT), considerando sus impactos ambientales, socioculturales y económicos. El proyecto cuenta con el patrocinio de la Fundación Daniel y Nina Carasso (Francia). El proyecto lleva por nombre “Herramientas para la transición hacia Sistemas Alimentarios Territorializados".

Con un eje común compartido de sensibilización en la valorización del medio rural, la alimentación en base a productos locales, la soberanía alimentaria, el consumo y turismo responsable y la protección de los recursos naturales y locales, las organizaciones CERAI, RESOLIS, Mensa Cívica y la Fundación ACM, lanzan el proyecto “Herramientas para la transición hacia Sistemas Alimentarios Territorializados (SAT)” dirigido a la identificación de iniciativas SAT en España y su difusión a nivel estatal y en el ámbito del Mediterráneo para fomentar su replicabilidad y generar debate en torno a esta temática a nivel institucional.

Jean-Louis Rastoin, profesor emérito en Montpellier SupAgro, define los Sistemas Alimentarios Territorializados (SAT) como un «conjunto de cadenas productivas agroalimentarias que responden a los criterios del desarrollo sostenible, localizadas en un espacio geográfico de dimensión regional y coordinadas por una gobernanza territorial».

Son muchas las experiencias en el territorio español que apuestan por la regeneración de Sistema Alimentarios Territorializados (SAT), pero son poco conocidas a pesar, en muchos casos, de ser experiencias exitosas con un potencial de replicabilidad muy alto. Hasta la fecha no se ha hecho un trabajo exhaustivo para analizar el surgimiento de estas iniciativas, ponerlas en red y facilitar las herramientas necesarias para su multiplicación.

La Fundación Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas del Mediterráneo (FACM) promovió en el marco de la 22ª Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Cambio Climático (COP22), celebrada en noviembre de 2016 en Marrakech (Marruecos) y, previamente, en la MEDCOP de Tánger, la Declaración por la Transición Agroalimentaria Sostenible en el Mediterráneo. Más de sesenta asociaciones e instituciones ya han firmado la declaración «Ha llegado la hora de la transición agrícola y alimentaria en el mediterráneo, ¡Despertemos!» (http://www.fundacionacm.org/wp-content/uploads/2017/06/20180209_Declaración-Transición-Agroalimentaria.-ES.pdf ).

“El objetivo de dicha declaración es trabajar conjuntamente con el fin de promover iniciativas de alimentación responsable y sostenible capaces de poner fin al predominio del modelo agroindustrial, que constituye una amenaza para la diversidad y la histórica riqueza alimentaria del Mediterráneo. La alimentación, así como todo el sistema agrícola y alimentario, debe volver a ser un motor fundamental del desarrollo sostenible e inclusivo de nuestros países. Necesitamos reencontrar y revalorizar los conocimientos y las prácticas agrícolas y alimentarias de nuestros países y, a la vez, dar respuesta a los grandes problemas contemporáneos: la creación de empleo y el combate contra la pobreza, la gestión sostenible de los recursos naturales y la lucha contra el cambio climático, y la conservación del patrimonio cultural. Son cuestiones que debemos resolver si queremos dejar a las generaciones futuras un patrimonio material e inmaterial que les permita vivir decentemente.”, explica Vicent Garcés, presidente de la Fundación ACM.

El proyecto “Herramientas para la transición hacia Sistemas Alimentarios Territorializados” surge con el objetivo de poner en marcha una investigación para sistematizar y evaluar las diferentes iniciativas que vienen operando en el conjunto del Estado Español. Iniciativas con un alto valor transformador, pero que en la actualidad arrastran problemas de fragmentación y falta de articulación, reduciendo su capacidad de escalamiento y optimización.

A partir de la metodología planteada por la Red Resolis sobre las SAT, el objetivo del proyecto que ahora comienza es identificar y mapear las 100 mejores experiencias significativas por sus impactos ambientales, socioculturales y económicos, y a la vez, diagnosticar sus debilidades, obstáculos y fortalezas. El proyecto se desarrollará durante dos años y culminará con la elaboración de un Manual de Herramientas para la transición hacia SAT´s y con ello, se multiplicará su impacto a través de la formación de formadores, para la expansión de estos modelos.

Según explica Piero Carucci, responsable del Área de Educación para el Desarrollo en CERAI, “las experiencias que buscaremos catalogar y sistematizar a través de nuestro proyecto tendrán en común la voluntad de transitar de manera consciente desde un sistema alimentario dominado por las cadenas energéticas y de distribución largas, a un sistema que apueste por la cercanía entre producción y consumo, por la agroecología y por la participación”.

En nuestro territorio se encuentran ya ejemplos interesantes de Sistemas Alimentarios Territorializados. Por ejemplo, en el ámbito de las políticas alimentarias se puede citar el caso del Consejo Alimentario Municipal del Ayuntamiento de Valencia, que busca unir a la sociedad civil, a las empresas, a las instituciones y a las universidades en la definición de una estrategia alimentaria metropolitana, con la cual se relocalice el sistema alimentario.

“Replicar estas iniciativas es importante para que podamos construir redes alimentarias alternativas desde abajo, ya que es más necesario que nunca dar un salto de escala y ganar espacios de visibilidad política, así como espacios de comercialización e ir tejiendo una narrativa que desde la práctica vaya acercando las necesidades de la ciudadanía, de las personas consumidoras, a las necesidades de las personas que viven del campo y que hacen que el mundo rural siga vivo”, explica Piero Carucci del CERA


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