Entrevista Mohammed Fatmi

10/09/2013
Entrevista Mohammed Fatmi

Mohamed Fahmi es el actual coordinador de la red de la Fundación Anna Lindh en Marruecos y presidente del Centre de Coopération International Sud Nord, cuya sede se encuentra en Casablanca. Esta asociación, fundada en 2006, tiene como principales ejes de acción el diálogo intercultural, el desarrollo local –principalmente a través de los mecanismos de cooperación descentralizada- y, por último, la inserción social de las clases más desfavorecidas mediante la actividad económica, área en la que el Centre de Coopération International Sud Nord (CICSN) ha adquirido una enorme y reconocida experiencia.

Para la red española, la red marroquí es muy importante no sólo por la proximidad de ambos países y los fuertes lazos humanos, económicos y culturales que los unen, sino también porque las dos redes trabajan juntas desde hace ya varios años. Este trabajo conjunto ha producido dos acciones comunes realizadas alternativamente. La primera tuvo lugar en Tánger en abril de 2011, bajo el lema « Establecer puentes en el estrecho », y estuvo centrada en cuatro puntos: Nuevas tecnologías y redes sociales, Partenariados internacionales, Educación y aprendizaje intercultural y Regionalización, ciudadanía y espacio público. La segunda acción común se celebró en Sevilla en marzo de 2013, y su objetivo era apoyar la emergencia de jóvenes líderes asociativos, capaces de promover proyectos relacionados con el desarrollo local y la educación en la interculturalidad.
La tercera acción común está prevista para la primavera de 2014 en Marruecos, y esta vez, contando ya con las experiencias anteriores, Marruecos y España invitarán a otras redes de la Fundación Anna Lindh a trabajar de forma conjunta.

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IEMed: En la asamblea general de la red española del 23 de mayo de 2013, expuso el interés que suscita el hecho de que, esta vez, la acción común se organice bajo el lema « El arte, instrumento y expresión de las transformaciones sociales ». La manera de mostrar esta transformación sería a través de eventos artísticos y festivos (pintura, teatro, cine y video, espectáculos callejeros, cantos y danzas, etc.) compartidos con la población local y, de forma paralela, la puesta en marcha de talleres y espacios de reflexión acerca de este tema. Así, el arte se convierte a la vez en motor y espejo de los cambios sociales. ¿Cómo afronta la realización de esta acción? ¿Qué avances que se han producido al respecto?
Mohamed Fahmi : Sí, así es. Hemos elaborado un proyecto conjunto a partir del cual varias redes de la Fundación Anna Lindh han respondido de forma favorable. Actualmente estamos en fase de formalizar los respectivos acuerdos con estos miembros para avanzar posteriormente hacia la fase de preparación del proyecto.

IEMed: Asimismo, ha comentado que, con el fin de obtener un rendimiento real de los participantes, la acción se organizaría alrededor de una feria. Pero, ¿cómo cree que podrían participar en ella los distintos miembros de las redes? Quiero decir, ¿de qué forma pueden implicarse las asociaciones?

Mohamed Fahmi : Nuestra idea, a día de hoy, es que cada red pueda participar con dos o tres actividades artísticas que pueden ser organizadas bien por una asociación, bien por varias asociaciones en común, o bien por la red nacional. Asimismo, otros representantes de la red podrán intervenir o formar parte de los talleres y los espacios de reflexión. Una tercera forma de participación sería, justamente, una feria intercultural donde puedan conocerse los miembros de la red, con el objetivo de presentarse y mostrar su trabajo para crear nuevas relaciones de partenariado. En definitiva, la finalidad es construir un tejido de relaciones de trabajo entre los miembros de las redes nacionales, en el cual los coordinadores actuaríamos simplemente como detectores de buenas prácticas entre redes. Así, nuestro logro, en tanto que coordinadores, llegará de verdad el día en que las asociaciones ya no tengan que pasar por nosotros para trabajar juntas. El formato concreto de esta feria se discutirá con los otros coordinadores y, estoy seguro de ello, podremos llevar a cabo diversas innovaciones en beneficio de los miembros de la red.

IEMed: También ha contemplado la posibilidad de abrir la participación en esta acción a países como Irlanda, Argelia, Túnez, Bélgica o Portugal. Pero, además de las dificultades que existen al implicar a las asociaciones, y saber de qué manera puede interesarles la acción, hay también complicaciones logísticas, económicas, lingüísticas. ¿Cómo se pueden superar si participan países tan distintos?

Mohamed Fahmi: Quizá es complicado, pero en modo alguno imposible. Pongo el ejemplo de Marruecos, cuya red tengo la satisfacción de dirigir. Nosotros lanzaremos una convocatoria dirigida a las asociaciones que puedan presentar una producción artística. Un comité seleccionará las mejores creaciones que nos representarán y les ofrecerán las facilidades necesarias para hacer realidad sus propuestas. Por otra parte, junto con el resto de los coordinadores nacionales, elaboraremos entre todos un programa científico y buscaremos, de acuerdo con nuestras competencias respectivas, las personas adecuadas para tratar cada tema en el espacio de reflexión. Posteriormente, y según nuestras posibilidades, nos ofreceremos a correr con los gastos de los miembros de la red que participen en la acción, como hemos hecho siempre. El resto de miembros que lo deseen podrán unirse siempre que corran con sus propios gastos. Por ello, hay que pensar ya en las distintas posibilidades de patrocinio y otras posibles formas de mecenazgo, a través bien de las redes implicadas, o bien de la red marroquí que, ciertamente, asumirá las responsabilidades mayores. Por otra parte, y para responder completamente a su pregunta, la lengua no debería ser un obstáculo ya que el arte es universal.

IEMed: Sus acciones comunes se realizan en una región determinada, como Khouribga o, el año pasado, la región de Chefchaouen, ésta última en concreto sobre el patrimonio secular de los Jbala-Ghomara. Explique por qué trabaja en acciones comunes sobre terrenos tan específicos. ¿Es esa una forma de implicar a las organizaciones locales y gubernamentales con la sociedad civil?

Mohamed Fahmi : Cada coordinador aporta sus propias sensibilidades. Nosotros tenemos por costumbre trabajar con socios locales (colectividades y autoridades territoriales, servicios descentralizados del Estado, actores económicos en el marco de su responsabilidad social, universidades y actores asociativos). Todos ellos constituyen elementos esenciales de la ecuación del desarrollo. Es nuestra manera de hacer las cosas. Un día, vendrán otros coordinadores y elegirán otras opciones que nosotros respetaremos y a las que nos sumaremos siempre y cuando la visión sea clara y las opciones, eficientes.


IEMed: La red marroquí cuenta con más de 200 asociaciones. ¿Cuántas de ellas son activas? ¿Con qué problemas y con qué ventajas cuenta esta red? ¿Cuál es el grado de comunicación entre sus miembros?

Mohamed Fahmi : Creo que más de la mitad de la red es activa. En cuanto a las dificultades, hay que decir que la experiencia asociativa en Marruecos, a pesar de sus notables avances, se encuentra en una fase inicial. Nuestras asociaciones son jóvenes y están estructuradas de forma muy distinta, de forma que su funcionamiento, sus recursos, la claridad de sus visiones, las estrategias que adoptan, los medios de los que disponen y, sobre todo, su grado de implicación son muy dispares. Estamos, por así decirlo, en proceso de composición. Por otra parte, podemos beneficiarnos de la juventud de nuestros miembros, de su fuerza, que es un potencial enorme de cara al futuro. La comunicación sigue siendo nuestro punto débil, no nos avergüenza decirlo, pero estamos realizando un gran esfuerzo en este sentido que, espero, dará sus frutos antes de que finalice nuestro mandato. Hay que decir que la FAL tampoco nos ayuda mucho en este aspecto, por tanto carecemos de medios. Tenemos una estructura modesta y aún queda mucho por hacer.


IEMed: La crisis económica en nuestro país a hecho desaparecer muchas asociaciones que no han podido obtener subvenciones públicas para mantener sus proyectos y sus trabajadores. ¿Cómo funciona la financiación de las asociaciones en Marruecos?

Mohamed Fahmi : En nuestro país hay actualmente un gran debate alrededor de este asunto. En Marruecos existían a finales de 2012 unas 93.000 asociaciones, y esta cifra aumenta cada año en alrededor de 8.000 asociaciones. De todas ellas, creo que hay unas 90.000 que no disponen de ningún recurso, y que no consiguen acceder a la financiación pública aparte, quizá, de alguna subvención modesta de la Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano. Mientras tanto, unas pocas asociaciones acaparan el grueso de las subvenciones. La noción de utilidad pública de la que se benefician algunas asociaciones debe ser revisada. En el pasado, el Estado contribuyó a la creación de un cierto número de asociaciones llamadas asociaciones de las llanuras y las montañas y, hoy en día, se han establecido otros modos de financiación en provecho de ciertas personas que se reparten el dinero estatal. En este contexto, los patrocinadores más importantes siguen siendo la Unión Europea, las agencias de cooperación y algunas cancillerías además de los establecimientos de mecenas locales. Las subvenciones del Estado provienen principalmente de la Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano, gestionadas localmente por las Divisiones de Acción Social (DAS), así como de las prefecturas y provincias, de la Agencia de Desarrollo Social (ADS), y de las agencias de desarrollo territorial. La contribución de los colectivos locales marroquíes es, ciertamente, muy modesta.

IEMed: Para terminar, ¿qué mensaje le gustaría hacer llegar a los miembros de la red española?

Mohamed Fahmi : Nuestros lazos con España son profundos y ancestrales. A pesar de que no siempre ha habido un flujo de intercambio tranquilo entre ambos países, los lazos creados han dejado trazas memorables en ambas partes. Compartimos una herencia muy amplia, pero también una cierta desconfianza hacia el otro. Hoy en día, las redes de la FAL de España y Marruecos tienen la posibilidad y el deber de contribuir al acercamiento de ambos países basándose en el respeto, la tolerancia y la comprensión, ya que la arrogancia es ciega. No tenemos derecho a dejar de lado nuestras responsabilidades. Mano a mano, un futuro mejor para las generaciones futuras es posible gracias a lo que estamos construyendo ahora en las condiciones que tenemos, que son difíciles. Pero no hay que olvidar que los mejores asuntos se tratan en tiempos de crisis.

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