El 27 de noviembre tuvo lugar el VII “Foro Mediterráneo de Mujeres Empresarias” en Barcelona.

23/12/2015
El 27 de noviembre tuvo lugar el VII “Foro Mediterráneo de Mujeres Empresarias” en Barcelona.

El pasado 27 de noviembre tuvo lugar el VII “Foro Mediterráneo de Mujeres Empresarias” organizado por AFAEMME (Asociación de Federaciones y Asociaciones de Empresarias del Mediterráneo), junto a la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona y ASCAME (Asociación de Cámaras de Comercio del Mediterráneo).
Esta edición, que tuvo lugar en el marco de la IX Semana Mediterránea de Líderes Económicos, fue una ocasión especial debido a la celebración del 20 Aniversario del Proceso de Barcelona, el Partenariado Euro-Mediterráneo que se estableció en 1995 durante la Conferencia de Barcelona. Ahora, 20 años más tarde, AFAEMME ha firmado, junto con otras organizaciones Euro-Mediterráneas, la Declaración de Barcelona 20+20, la cual establece como 4ª iniciativa “Reforzar el papel de la mujer Mediterránea en la economía del Mediterráneo”. Ello ya que, tal y como declaró el Coordinador de ASCAME durante el Foro: "no podemos avanzar en el desarrollo económico de la región sin una participación activa de las mujeres”.

En el foro se constató que es necesaria la cooperación entre mujeres empresarias de ambas orillas del Mediterráneo, no será posible el desarrollo económico de la región sin tener en cuenta los esfuerzos e iniciativas del 50% de la población ya que en la región MENA, el 26% de la población activa son mujeres (media mundial: 52%), el 18% de las mujeres están desempleadas (media mundial: 6%, hay una brecha salarial de entre el 20% y el 40%, sólo el 1,2% de los directivos son mujeres (media mundial: 18,6%), hay un 12% de mujeres empresarias adultas vs un 31% de hombres, la igualdad de género supondría un incremento de casi el 25% del PIB. Además en los países de la UE, las mujeres tienen una probabilidad 4 veces mayor que los hombres de acabar trabajando a tiempo parcial, hay el doble de jóvenes mujeres inactivas que jóvenes varones inactivos, hay una brecha salarial del 16%, solo el 34,4% de los autónomos son mujeres, solo el 30% de las empresas de nueva creación son de mujeres, las mujeres representan sólo el 20,2% de los miembros de los Consejos de Administración de las empresas.

Las conclusiones del foro fueron que las mujeres, especialmente las mujeres empresarias, necesitan un entorno favorable y de apoyo y los gobiernos han de facilitar este proceso. Para ello, el soporte estatal en la elaboración e implementación de programas de formación empresarial para mujeres (por ejemplo en las universidades) es fundamental, como de crucial importancia es prestar apoyo a jóvenes emprendedoras, ya que representan nuestro futuro, sin que las autoridades públicas se olviden de las empresarias mayores de 40 años, especialmente en cuanto a la utilización de la tecnología. Otra función clave de los gobiernos es reunir datos sobre la situación, a fin de poder ofrecer soluciones eficaces. En este sentido, la creación de observatorios puede ser una buena práctica.

Se hizo hincapié también en el “Trabajo Inteligente” y en el uso de las TICs en las empresas de mujeres. Las TICs ofrecen nuevas herramientas para transferir y administrar datos. Rompen la relación espacio-tiempo y, por ello, ayudan a las empresas a ser más competitivas.
El trabajo inteligente (teletrabajo, trabajo a distancia, e-work, trabajo móvil) puede ofrecer una gama de beneficios cuantificables, permite ahorrar dinero en gasolina, aparcamiento y transporte público y, por ello, permite trabajar mejorar los beneficios económicos. También permite un mayor equilibrio entre trabajo y familia, más flexibilidad, mayor autonomía, que el cuidado de los niños resulte menos estresante, un nivel general de estrés inferior, la posibilidad de vivir en zonas rurales manteniendo un trabajo exigente y la realización de reuniones únicamente cuando sea necesario. Puede reducir gastos de propiedad de inmueble o alquiler y de mobiliario etc. El Trabajo Inteligente proporciona también una mejor selección y retención del personal: puede atraer a expertos que en caso contrario no trabajarían en esa oficina por diferentes motivos; además, reduce el absentismo y los tiempos de producción; ofrece nuevos canales para la distribución de servicios y aumenta el alcance de mercado; permite una mayor diversidad en la empresa; y una mejor prestación de servicios (beneficios sociales).

Para más información ver archivo adjunto.

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